¡¡30 Horas en Antofagasta!!

¡¡30 horas en sus zapatos, fue una experiencia increíble!!. Este fin de semana tuve la oportunidad de compartir el programa con los estudiantes del “The Antofagasta Baptist College”. Comenzamos el viernes en la noche llevando café y pan a los indigentes que estaban en el “Balneario Paraíso”. El día sábado en la mañana participamos de una charla orientada al tema y por la tarde nos fuimos al “Basural” en la zona norte de Antofagasta, donde compartimos ropa y comida a algunas familias del sector.

Lejos de todos los detalles, mientras íbamos a los diferentes lugares junto a los chicos, me pregunte si éramos nosotros los que estábamos ayudando a los más desprovistos o eran ellos los que realmente nos estaban ayudando a nosotros. Siendo muy honesto, necesitaba vivir esta dosis de realidad y experimentar en carne propia la necesidad de aquellos que viven en la extrema pobreza. Hace mucho tiempo que no salía a la calle a ver, tocar, abrazar y orar por gente así. “30 horas en sus zapatos” fue la excusa para hacerlo y espero que no sea la última. No olvidare tan fácilmente cuando conocimos a Mary y Toño, dos personas indigentes que vivían en unos roqueríos del balneario Paraíso, de Antofagasta. Era pasada la media noche cuando leímos el Salmo 91, en medio de la fogata y la casa improvisada en la playa. Después de orar no olvidaré las palabras de Mary, una mujer que recién salía de la cárcel, diciéndonos: ¡¡No nos olviden!! Honestamente sus palabras me tocaron fuerte y al mismo tiempo me sentí avergonzado. Regresamos caminando para encontrarnos con el otro grupo mientras pensaba: “Esto no se trata solo de una vez”. Al salir de ese lugar, Sebastián, uno de los jóvenes de la pastoral, me dijo algo como: “Si a esto es lo que vinimos, yo ya me encuentro pagado. No olvidaré este momento”.

Una de las motivaciones que nos movió a desarrollar este programa fue ayudar a los grupos juveniles a pensar en otros antes que en ellos mismos. A servir a quienes viven en la pobreza extrema y a través del servicio experimentar la gracia y el amor de Dios. Al final, nos dimos cuenta que al prestar atención en los más pobres y rechazados de la sociedad, nos estábamos ayudando a nosotros mismos a entender que es exactamente lo mismo que Jesús haría si estuviera en nuestros zapatos.



Esta foto es en el Basural, un sector al norte de Antofagasta. Esta señora después que le entregamos ropa y utiles escolares, regreso para agradecernos y decir: "Esto es exactamente lo que necesitaba para mi hijo. Estaba pensando hacer unos trabajos para comprar esto a mi hijo. Dios escucho mi oración". ¡¡Seguro fuimos a ese lugar por ella!!.


Aquí esta la credencial que hicieron los chicos del Baptist para 30 horas. ¡¡Felicitaciones son increibles!!